Quiero saltar el charco
con zapatos de domingo,
volver al sueño de niño,
los días lluviosos de ayer,
cuneta abajo correr
arrastrados como río
los barquitos de papel,
y los amoríos míos
en mi barriada Carmen
con nombre de mujer.

Hacer camino descalza,
volver al cañaveral,
retando a la amenaza,
pedalear mi bicicleta,
a la playa solaz del Arenal.
Escaparme del deber,
nadar en el lago Sabater,
robar caña al vagón del tren
en mi barriada La Carmen
con nombre de mujer.
Caminar a la escuela.
Llenar los pulmones
con aromas de pan sobao,
del arroz y habichuela,
del humeante cafe colao.
Las vecinas en habladuría
escuchar la buena tertulia
en la concurrida panadería
de mi barriada Carmen
con nombre de mujer.
Quiero volverte a encontrar
en la Plaza del Mercado
dando pasitos pa’l lado
en una rumba sabrosa.
Volver a mi gente abrazar,
escuchar a los soneros,
ver como mi gente goza.
A Cedric, a los Panderos
Cholo, a Raúl y a Chú,
a todos, Guillito y tú…
Saborear el mojo isleño,
visitar a las parcelas,
más abajo de las Tetas,
más arriba ‘el Rabo el Buey,
donde termina la Piquiña
en casa de Luisito, añejo,
brindar con Lupe y Qcho,
seguir camino a la campiña
hasta el mismo cucurucho.
¡En Caguas llueve!¡Cayey!
Todo y más quiero vivir
en mi pueblo de Salinas,
en sus playas, tan divinas,
en sus valles y montañas.
Serenatas que el sol
de mil colores mi piel baña
y ver morir el atardecer
con el negrito de las tres
en mi barriada, La Carmen
con nombre de mujer.
©Marinín Torregrosa Sánchez, 27 de abril de 2020.
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