Todos los peloteros del clan Alomar serán honrado si Roberto Alomar Velázquez, un salinense nacido en un hospital de Ponce en 1968, es exaltado, como se espera, al Salón de la Fama del Béisbol de Grandes Ligas. Los detalles del histórico momento serán el tema del Especial Deportivo que a partir de las 2:30 PM se transmitira por WHOY y por jossiealvarado.com. Roberto Alomar, quien reside en los Estados Unidos, es considerado el mejor segunda base en la historia del béisbol de Grandes Ligas.
Eso que apuntas es muy cierto. El coloniaje no se circunscribe a la ausencia de poderes soberanos ni a relaciones unipersonales y desbalances psicosociales productos de esa realidad. Va más allá y se manifiesta en todas las áreas y el comportamiento colectivo de aquellos sujetos a esa degradación. El deporte, en nuestro caso el rechaso de Alomar a figurar en el Pabellón de los Inmortales del baseball profesional es una muestra clara y elocuente de cómo es que se bate el cobre entre los que nos controlan. Babe Ruth, una figura ecuménica en el Pasatiempo Nacional era un facineroso en su comportamiento dentro y fuera del terreno de juego, Ty Cobbs le propinó una paliza a un fanático incapacitado EN SILLON DE RUEDAS ante la mirada de todos, lo envió al hospital por abuchearlo; Juan Marichal le metió un batazo a un catcher y si seguimos la lista crece y se multiplican los delitos de estos atletas que hoy tienen un nicho en Coopperstown y que, en honor a la verdad, fueron unos delincuentes. Pero a Roberto Alomar, por las razones que sean le negaron un honor que se ganó por sus ejecutorias en el mejor béisbol del mundo. Fue, sin duda, una superestrella del diamante, la mejor 2da base que jamas haya jugado en el Gran Circo. Eso lo sabe Reimundo y todo el mundo, menos los que le negaron el voto. Y eso que Roberto es más pitiyanky que volverlo a repetir, que si fuera un Carlos Baerga lo queman en primetime.
El colonizado, según Fanon, suele adoptar los valores del colonizador y prefiere hacer suyas las maneras y formas culturales de su dominador pensando que de esa forma supera su condición, que surge tanto de la exclusión como de su autodesprecio, inseguridad y servilismo. Al hacer eso, se vive en la negación de si mismo hasta el punto de aceptar la culpa por los actos discriminatorios y racista de que es objeto por parte del opresor.
Pienso que esta psicopatología, quizas con otro nombre, puede atribuirse a todos los seres humanos, que en estos tiempos posmodernos, hemos adoptados los valores de una cultura global homogeneizada, por la misma razón, para negar las condicions de opresión y exclusión a que nos tiene sometidos los casi invisibles subyugadores de nuestros tiempos.
La colonia afecta tanto al anticolonialista como al colonialista. Pero más al segundo porque espera de los que la perpetuan aquello que los primeros saben que no vale la pena el precio a pagar.
Otro palo de Jossie, un salinense de verdad.